Mi pena ahogada
y superada la decepción,
bajo agua salada
sumerjo tu corazón.
Sufriendo estás en vano
marinero de alta mar.
Debería darte mi mano,
así podrías respirar.
Mucho hemos logrado
pero ahora toca madurar.
Algo en mi ha cambiado
y siento que debo luchar.
Romper con todo,
salir del huevo,
caminar de otro modo,
empezar de nuevo.
Doy pasos firmes en la arena
y mis huellas no desaparecen.
Sueño cantos de sirena,
que en la noche me mecen.
Ya amaina la tormenta
y algo queda de oleaje,
pero de vida estoy sedienta
y buscando en mi el coraje.
2009
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