jueves, 29 de marzo de 2012

Como una flecha


Una flecha contra mi pecho
sentí al mirarle.

Tímido como un caracol
iba acercándose.
Yo, cual serpiente,
hipnotizándole.

Mis ojos le seguían
como si de una presa se tratara.
Incapaz de apartar la mirada
ni una sola jornada.

Él iba y venía constantemente
llevando a cabo sus quehaceres.
Y yo, como en babia,
analizaba su anatomía
y oculta sabiduría.

Cuando por fín le conseguí,
nada supo tan dulce.
Tan dulce como sus labios
su lengua, su boca,
tan dulce como sus ojos
sus manos, sus brazos.

Empapada en sudor
escuchaba sin temor.
Algunas escenas chocantes,
dibujadas por esa voz
masculina y penetrante.



No hay comentarios:

Publicar un comentario